domingo, 21 de octubre de 2012

Descansa en Dios

27 de septiembre:

Descansa en mis brazos eternos. Tu debilidad es una ocación para llegar a ser fuerte en la seguridad de mi Presencia omnipotente. Cuando tus energías tiendan a fallar, no mires dentro de ti ni te lamentes por lo que veas allí.  Mírame a mi y a mi suficiencia. Regocíjate en mis iquezas radiantes que están, en toda abundancia, a tu disposición para ayudarte.
Camina tranquilo a lo largo de este día. Descansa en mi y disfruta de mi Presencia. Agradéceme por tu necesidad, la cual construye vínculos de confianza entre nosotros. Si miras hacia atrás, verás que los dias de extrema debilidad han sido los que te han proporcionado un tiempo más precioso. Los recuerdos de estos días se entretejen ricamente con las hebras doradas de mi intima Presencia.

Deuteronomio 33:27; Salmo 27:13-14

Totalmete accesible

26 de septiembre:

¡Ven a mi y escucha! Sintonizate con mi voz y recibe mis más ricas bendiciones. Asómbrate ante la maravilla de comunicarte con el Creador del universo mientras te sientas en la comodidad de tu casa. Los reyes que rigen en la tierra tienden a hacerse inaccesibles; la gente común y corriente casi nunca logra ser recibida por ellos. Aun los dignatarios deben someterse a trámites burocráticos para hablar con la realeza.
Aunque yo soy el Rey del universo, soy para ti totalmente accesible. Estoy contigo donde estés. ¡Nada puede separarte de mi Presencia! Cuando yo exclamé estando en la cruz: "¡Consumado es!" la cortina del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. De esta manera quedó abierto el camino para que pudieras llegar a verme cara a cara, sin necesidad de pasar por protocolos o sacerdotes. Yo, soy el Rey de reyes, soy tu compañía permante.

Isaías 50:4; Isaías 55:2-3; Juan 19:30; Mateo 27:50-51

jueves, 4 de octubre de 2012

Concentrate en el camino

25 de septiembre:

Emplea toda tu energía en confiar en mi. Es a través de esta actitud que te mantendrás conectado conmigo, consciente de mi Presencia. Cada paso que des en tu caminar por la vida puede ser un paso de fe. Los pasos de confianza de los bebés pueden parecerte elementales. Se pueden dar en forma casi inconsciente. Los pasos gigantes son totalmente otra cosa: Saltar por sobre el abismo en la semioscuridad, escalar acantilados de incertidubre, avanzar con paso lento a través del negro valle de la muerte. Todo esto requiere una concentración extrema así como también un compromiso absoluto conmigo.
Cada uno de mis hijos es una mezcla única de temperamento, talento y experiencia de vida. Algo que para ti puede ser un paso de bebé, para otra persona puede parecer un paso gigante, o viceversa. Solo yo conozco las dificultades o la facilidad de cada segmento de tu viaje. Ten cuidado con tratar de impresionar a otros actuando como si tus pasos de gigante fueran de bebés.
No juzgues a aquellos que dudan y que tiemblan de miedo ante un acto que para ti no tendría nunguna complicación. Si cada uno de mis hijos bascara complacerme por sobre todas las cosas, el miedo al juicio de otros se desvanecería, como el intento de impresionar a los demás. Concentra tu atención en el camino que tienespor delante y en mí, que nunca me aparto de tu lado.

Salmo 23:4; Mateo 7:1-2; Proverbios 29:25

Viví en Dios

24 de septiembre:

Si vives primero y antes que todo en mi Presencia gradualmente te irás sintiendo más consciente de mí que de otras personas y lugares alrededor de ti. Esta preocupación no afectará tu ralación con otros; más bien aumentará tu capacidad de dar amor y aliento a los demás. Mi paz impregnará tus palabras y tu comportamiento. Seguirás activo en el mundo pero no mezclado con él. No será fácil zarandearte porque mi Presencia amortiguará el estallido de tus problemas. Este es el camino que he preparado delante de ti. En la medida que lo andes confiadamente, experimentarás abundante vida y paz.

Salmo 89:15-16; Salmo 16:8; 2º Pedro 1:2


Deja tus cargas en el Señor

23 de septiembre:

Anda conmigo en la libertad del perdón. El camino por el que vamos tú y yo  veces empinado y resbaladizo. Si vas con una carga de culpa sobre tus espaldas estás expuesto a tropezar y caer. Si me lo pides, te libraré de ese peso y lo sepultaré a los pies de la cruz. Cuando ya no esté, ¡te sentirás absolutamente libre! Párate firme sobre tus pies en mi Presencia de modo que nadie pueda intentar volver a poner una carga sobre tus espaldas. Mira mi rostro y siente el calor de mi luz-amor alumbrándote. Es este amor incondicional que te libera tanto de tus miedos como de tus pecados. Pasa tiempo disfrutando en una luz de mi Presencia. AL conocerme más y más intimamente, te sentirás admirablemente libre.

Salmo 68:19; 1º Juan 1:7-9; 1º Juan 4:18